Estas partículas son un subproducto del proceso de combustión del carbón pulverizado y se encuentran típicamente en las cenizas volantes, un material residual generado durante esta actividad industrial.
Las cenósferas poseen una combinación única de propiedades que las hacen sumamente versátiles en diversas aplicaciones. Son ligeras, tienen baja conductividad térmica, alta resistencia a la compresión y excelentes propiedades aislantes. Además, son resistentes al ataque químico y poseen una gran área superficial, lo que mejora su reactividad y capacidad de adsorción.
En la industria de la construcción, las cenósferas se utilizan como áridos ligeros en hormigón y yeso, reduciendo el peso total de la estructura a la vez que mantienen su resistencia y durabilidad. También sirven como un material aislante eficaz, ayudando a reducir el consumo energético y a mejorar la eficiencia térmica.
La industria automotriz utiliza cenosferas en la producción de compuestos ligeros, lo que permite reducir significativamente el peso del vehículo, mejorando así la eficiencia del combustible y reduciendo las emisiones. Además, las cenosferas se aplican en la industria aeroespacial gracias a su alta resistencia a la compresión y baja densidad, lo que las hace ideales para diversos componentes estructurales.
Además, las cenósferas se emplean en la fabricación de pinturas, recubrimientos y plásticos para mejorar su durabilidad, resistencia al rayado y rendimiento general. En aplicaciones ambientales, las cenósferas se utilizan como adsorbentes para la eliminación de metales pesados y otros contaminantes de las aguas residuales.